“Ruinas del Romanticismo cubano: las trágicas y enigmáticas sombras de las hermanas Pérez Montes de Oca.”
El punto de partida de la literatura femenina cubana del
segundo Romanticismo (la generación que sucede a aquella primera, de Heredia y
la Avellaneda), lo constituyen dos hermanas, claves en el entendimiento de la
cultura nacional. Luisa Pérez Montes de Oca (1835-1922) -convertida literaria y
socialmente en Luisa Pérez de Zambrana tras su matrimonio con el doctor Ramón
Zambrana en 1858- y Julia Pérez Montes de Oca (1839-1875) fueron centros de atención en
los más distinguidos y elegantes salones habaneros, las más importantes tertulias y publicaron
en los más prestigiosos periódicos y revistas de la época, ganándose el respeto
y la reverencia de los más exigentes intelectuales de su tiempo. Pero, detrás
de ese momento de esplendor, de afianzamiento social -obtenido tras el
matrimonio de Luisa, la consiguiente elevación del prestigio a través del
apellido Zambrana y la migración de la familia al completo a La Habana-, se esconde
una historia de luto y miserias. Porque la familia Pérez Montes de Oca, de
origen canario, tuvo que soportar no sólo la pérdida de dos de sus hijas en
edades prematuras, sino la muerte del padre, cabeza de familia, producto de la
epidemia de cólera morbo ocurrida en Santiago de Cuba en 1852. Lo que había
sido hasta entonces una vida bucólica, plácida, en las montañas de El Cobre, se
convertiría en una dura lucha por la supervivencia. Fue en ese ambiente de
austeridad donde emergieron estas dos voces, con una instrucción elemental y
sin codearse con la sociedad literaria santiaguera hasta el traslado de la
familia a la ciudad de Santiago de Cuba, bajo el amparo de algunos parientes y
amigos.
En esta presentación pretendo establecer un
recorrido
biográfico y literario sobre las figuras de Luisa y Julia Pérez Montes
de Oca,
y también sobre su hermana Candelaria, quien no aportó obra conocida
hasta la
fecha, pero que, según las lecturas de los textos de sus hermanas,
desempeñó
un papel trascendental en ese núcleo familiar que hubo de enfrentar aún
una
serie importante de desgracias (la viudez de Luisa a los 30 años, la
muerte de
Julia a sus 36, la muerte paulatina de los cinco jóvenes hijos de Luisa
entre
1886 y 1898, la postración y fallecimiento de su madre, la repentina
muerte de
Candelaria en 1893) hasta convertir la voz de Luisa Pérez en la más
importante
elegíaca de la literatura cubana y la mayor poeta mujer dentro de la
literatura
cubana, a la altura de la Avellaneda. Esta presentación recoge una
parte de mi
disertación doctoral: la que alude a la importancia de estas tres
hermanas,
desde su origen humilde y campesino hasta su triunfo en las plazas
literarias
más importantes del país y su ulterior ocaso, que en cierto modo las ha
arrastrado
desde hace décadas al soslayo de la crítica y de los especialistas. De
hecho, algunos de los datos que presentaré, serán presentados por
primera vez tras una larga y ardua labor de búsqueda y cotejo de
documentos inéditos y poco o nada trabajados. Una
historia familiar que entronca con la historia nacional, la literatura
y la
sociedad cubana de la segunda mitad del siglo XIX.